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Importante: el evento inicia a las 3.30 de la tarde y no a las 4.30 como se anuncia.

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Así señalan algunos medios en la Web la suspensión de elecciones estudiantiles en LUZ:

[Panorama] A las 9:30 de la noche el rector, Leonardo Atencio, había hecho un llamado a las elecciones. La comisión electoral afirmó, a las 11:00, que acatarían la decisión del TSJ de suspender el proceso. Hoy se reunirán para decidir la nueva fecha.

Los comicios estudiantiles que debían realizarse hoy quedaron suspendidos, anoche, por deci sión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), informó Noé Mon tiel, presidente de la comisión electoral de LUZ.

Pese a que a las 9:30 pm el rector, Leonardo Atencio, había hecho un llamado para que se cumpliera el proceso elecciona rio, poco antes de la medianoche declaró que “por la sentencia que posee la comisión electoral (en la que se suspenden los comicios), la decisión la debía tomar ese organismo, porque ellos son au tónomos”.

Montiel había indicado, tam bién a altas horas de la noche, que ellos se apegarán a la sen tencia del TSJ y que “no me atrevo a anunciar que mañana (hoy) va a haber elecciones”. Se conoció que hoy, desde las 8:00 am, se reu nirán los responsables de este proceso y decidirán la nueva fe cha para efectuar las elecciones. Hoy se decidirá la próxima fecha de votación. Más de 52 mil estudiantes esperan escoger a sus representantes. “Será lo que decida el consejo. Ellos tienen la última palabra”, dijo Leonardo Atencio.

Faltando media hora para las 12:00 de la media noche de ayer, la Comisión Electoral, presidida por el profesor Nohé Montiel, afirmó que no abrirá el proceso electoral en La Universidad del Zulia, para elegir a los gobiernos y cogobiernos estudiantiles, obedeciendo la orden de la sala electoral del Tribunal Supremo de Justicia, de suspender la jornada electoral que estaba fijada para hoy.

“Es una orden bien expresa y bien concreta, en el que dice que se ordena suspender el proceso electoral. Debemos decir responsables que el proceso electoral que estaba pautado para mañana (hoy) está suspendido. Es una decisión tomada por la mayoría”, ratificó el representante de la comisión electoral.Montiel dijo que paralelo a la decisión de la sala electoral del TSJ, la Federación de Centros Universitario “confinó hoy (ayer) ante la comisión electoral de LUZ una solicitud de suspensión del proceso electoral. Podemos decir, responsablemente, que el proceso electoral de gobierno y cogobierno está suspendidas”.

Con respecto a la información dada una hora antes por el rector de esa casa de estudios, Leonardo Atencio, de que sí se realizaría los comicios estudiantil, señaló que “lamentablemente él tuvo un error de interpretación, porque nosotros estamos hablando con los documentos en las manos, en donde se orden la suspensión del proceso. En Consecuencia la comisión electoral actúa obedientemente”.

Hoy a las 8:00 de la mañana está previsto realizar una reunión con el Consejo Universitario y la Comisión Electoral para analizar el documento del TSJ y la solicitud del consejo de reincorporación de los estudiantes excluidos. Luego de la jornada emitirán la fecha para convocar nuevamente a los comicios estudiantiles.Ante la posición de la comisión electoral, la máxima autoridad universitaria reconoció públicamente la autonomía del organismo electoral. “Será lo que decidan ellos, porque son autónomos. Nos reuniremos para analizar la situación. La comisión electoral tiene la última palabra”, puntualizó Atencio.

[Noticiero Digital] Las elecciones estudiantiles en la Universidad del Zulia fueron suspendidas cerca de la media noche de este miércoles, luego que la comisión electoral de esa casa de estudio decidiera acatar una orden emanada por la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia este mismo miércoles.

Este miércoles, las autoridades universitarias habrían afirmado que la contienda electoral se llevaría a cabo, incluso el mismo presidente de la Comisión Electoral de Luz, Noé Montiel, así lo señaló, pero luego tuvo que retractarse al señalar que “por la sentencia que posee la comisión electoral - en la que se suspenden los comicios -, la decisión la debía tomar ese organismo, porque ellos son autónomos”.

Para este jueves se espera que se realice una reunión del Consejo Electoral en horas de la mañana pata decidir la nueva fecha para celebrar las elecciones de la Federación de Centros Universitarios de LUZ.

Cabe destacar que estas elecciones han sido suspendidas desde 2005. Según recatamos de una nota difundida por le diario zuliano Panorama, la inestabilidad política de ese año, así como la toma de transporte en 2006 y los disturbios que ocasionaron la muerte de la estudiante de comunicación social, Flavia Araujo en 2007, han retrasado los comicios hasta este año.

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El día de la inscripción

Texto e imágenes: David Padilla G.

Son aproximadamente las ocho de la mañana y aunque ya hay personas esperando para inscribir materias, el proceso de inscripción aún no inicia. Por octava vez en los cuatro años que llevo estudiando en la Universidad del Zulia, me he creído el anuncio del Centro de Estudiantes en las pancartas que hacen -y con el que mutilan el tráfico peatonal- de que a esa hora comenzaríamos.

Me tomo un té, de esos que por su calidad parecen hechos con agua de lluvia, y trato de aprovechar uno de los dos días más sociables dentro de la Facultad de Humanidades y Educación, por lo que me siento a conversar con alguien que comparta mis penas, me tomo fotos con cuanto personaje se atraviese, o persuado a algún compañero del período anterior para que vea cualquier materia conmigo.

“Me toca inscribirme de tarde” acostumbro a decir sin que me lo pregunten, de forma autómata, tal cual como lo ha decidido alguna autoridad basándose en mi promedio de calificaciones, en la cantidad de unidades aprobadas, en cuántas veces vengo a clases, y vaya usted a saber que otro perolito le metan con tal de justificar el presunto evento meritocrático. Aún así, llego temprano por la simple razón de que estar desinformado en horas de la tarde es igual a caminar ciego en una baranda en el mar con tiburones blancos esperando tu caída, más que nada porque uno puede tropezarse con pequeñas sorpresas, como saber que una veintena de personas con números posteriores al tuyo ha pasado en el turno de la mañana o que todo se ha retrasado porque el único computador que funciona está lento. En el peor de los casos, que salga una de las tantas personas encargadas a decir que las inscripciones en la Escuela de Comunicación Social se ha cancelado.

Afortunadamente ha sido un día medianamente bueno y ya han pasado varios alumnos a la hora correspondiente. Los compañeros que dicen ser nuestros voceros, nos clasifican por mención audiovisual, relaciones públicas o impreso -está última es a la que pertenezco- y al son de una letárgica voz, nos indican que debemos subir por una concurrida escalinata, previa examinación visual que puede evitarse con el amiguismo o el engaño.

Ya casi a mediodía, cuando el sol maracaibero provoca desvaríos en más de uno, comienza a verse en todo su esplendor el proceso. Entre saludos y hasta aplausos, a la usanza de un artista de cine, los profesores se integran a los que han subido por la resguardada escalera de granito, mientras que los alumnos cercanos a ser llamados, chequean por décima octava vez el papeleo exigido, como si no hubiesen tenido tiempo suficiente para ello. Luego de un rato, la cola se detiene. La misma voz que anunciaba los números para poder subir, ha dejado de hacerlo y en su lugar, esparce como la sarna el estrés entre los estudiantes al mencionar el respectivo receso de dos horas, aunado a la larga e interminable lista de materias donde ya no hay cupo disponible.

Tres paquetes de chicle después, el compañero de ritmo parsimonioso anuncia el retorno del traumático proceso y con una garganta repotenciada a punta de buen bistec, anuncia mi tan esperado número. “MACUR en mano papá”, me dicen en tres oportunidades al pedir el documento que muestra mis calificaciones antes de llegar a un salón posterior a las escaleras y a un largo pasillo. Aunque la velocidad de atención aquí es totalmente distinta a la de abajo, la deficiente calidad sigue siendo la misma.

En este lugar, donde nos acomodan y desacomodan un par de veces, desaparece la fatiga que proviene de la multitud y se reduce la ansiedad al saber cuáles materias ya están cerradas gracias a la información que algún alma generosa ha escrito con marcadores de colores en una fría pizarra acrílica. Se sigue el trayecto con la atención de algún profesor que nos asesora y que luego de una firma, -quizás también de alguna revisión final- nos permite el acceso para conseguir lo que hemos ido a buscar.

Con papeles en mano, se pasa a una tercera y última área, donde el movimiento depende de la rapidez de la impresora, de la habilidad del asistente de computación o de la agilidad propia para evitar a los “colaos”, gente que dirá estar embarazada, vivir al otro lado del mundo o hasta desmayarse con tal de inscribirse primero. En la fila que serpentea entre hileras de pupitres, se adormece la mano por intentar inútilmente de ahuyentar el calor o por haber saludado a tantas personas en tan poco tiempo. Es en este momento y lugar donde se conocerá de memoria el color de las paredes y techos, sus múltiples imperfecciones y uno que otro se regodeará porque tendrá la oportunidad de ver tantos traseros femeninos.

Al final, dependiendo de nuestra suerte, saldremos del área del operador de la maquina con un exquisito horario elaborado justo a la medida o por el contrario, y como generalmente me sucede a mí, con un desesperante, incomprendido y dañino cronograma de clases que provoca desecharlo porque elimina las aspiraciones de libertad pautadas para los próximos cuatro, cinco, seis meses o el tiempo que dure el periodo académico, sin contar que quizás se necesite suplicar clemencia a un profesor para que asigne un cupo de clases para volver en las conocidas Modificaciones, una especie de repetición subtitulada de este programa sin que acapare la atención del público como la primera vez.

Finalizada la tortura, con un comprobante de inscripción listo para ser solicitado en los venideros eventos, un buen analgésico produce tanto alivio como respirar aire fresco luego de haber ingresado a un baño público y la sensación de estar inscrito -dependiendo del caso- es sentir que se pisa un peldaño más en esa meta que queremos lograr, por la que luchamos día a día en la universidad y por la que sufrimos cada periodo hasta recibir un título de pregrado, aunque la satisfacción desaparece rato después con el primer “bienvenidos” del lunes siguiente de clases, cuando se retoma una vieja rutina con nuevas expectativas y esperanzas en su haber.

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