Por Aléxis Márquez Rodríguez [1]
El Castellano tiene una gran riqueza sinonímica. Es tal su cantidad de sinónimos, que es innecesario repetir palabras para referirnos a un mismo concepto. Lo cual es importante, sobre todo porque nos evita caer en el vicio conocido tradicionalmente como monotonía o pobreza, consistente en emplear sólo un reducido número de palabras, por lo que con frecuencia hay que repetir algunas.
Otro de los buenos efectos de nuestra riqueza sinonímica es la posibilidad de escoger con exactitud el vocablo que mejor exprese nuestra idea.
¡Cuántas veces nos hallamos ante un vocablo que nos ofrece duda acerca de si expresa exactamente lo que queremos decir! Entonces buscamos un sinónimo que nos dé seguridad al respecto y recurrimos a la memoria, a la ayuda de otras personas o a un diccionario de sinónimos.
La riqueza sinonímica del Castellano se ve si sabemos, por ejemplo, que "cara" tiene, en el Diccionario de sinónimos y antónimos de F. S. Sainz de Robles, 19 sinónimos, más 13 frases en que la palabra "cara" tiene un uso peculiar. El vocablo "crueldad" nos ofrece 25 sinónimos, y "felicidad" nos presenta 33; la palabra "feo" nos da 35, afortunadamente superada por "bello", de la que se registran 40.
Es importante tener presente que no todos los sinónimos de determinada palabra lo son perfectos, de modo que se pueda usar uno u otro indistintamente, todas las veces que se quiera. La mayoría de los sinónimos de una palabra lo son sólo en ciertos casos, según el uso o significado específicos que demos a dicha palabra. De "cara", por ejemplo, son sinónimos, entre otros, "visaje", "efigie" y "aspecto".
Pero ninguno de ellos podría sustituir a "cara" en la frase "Me vi la cara en el espejo...". Si a alguien se le ocurriese decir "Me vi el visaje (o "la efigie" o "el aspecto") en el espejo" lo mínimo que pudiese pensar quien lo oyese es que está loco o que es un bicho raro por la forma de hablar.
Como auxiliares para la búsqueda en el mundo de la sinonimia existen los diccionarios de sinónimos. Uno de los mejores es el mencionado de F. S.
Sáinz de Robles, muy completo y confiable. Otro más reciente y con novedosas características es el Diccionario de Sinónimos y antónimos del español actual, elaborado por un equipo que en parte es el mismo del Diccionario de uso del español actual Clave, de que en varias ocasiones he hablado.
Hay otros también recomendables, y unos cuantos calificables de piratas.
El defecto de todos estos diccionarios es que se limitan a las listas de sinónimos de cada palabra, sin especificar el uso de cada uno de ellos, por lo que eventualmente pueden provocar confusión e inducir a errores.
Otro de los buenos efectos de nuestra riqueza sinonímica es la posibilidad de escoger con exactitud el vocablo que mejor exprese nuestra idea.
¡Cuántas veces nos hallamos ante un vocablo que nos ofrece duda acerca de si expresa exactamente lo que queremos decir! Entonces buscamos un sinónimo que nos dé seguridad al respecto y recurrimos a la memoria, a la ayuda de otras personas o a un diccionario de sinónimos.
La riqueza sinonímica del Castellano se ve si sabemos, por ejemplo, que "cara" tiene, en el Diccionario de sinónimos y antónimos de F. S. Sainz de Robles, 19 sinónimos, más 13 frases en que la palabra "cara" tiene un uso peculiar. El vocablo "crueldad" nos ofrece 25 sinónimos, y "felicidad" nos presenta 33; la palabra "feo" nos da 35, afortunadamente superada por "bello", de la que se registran 40.
Es importante tener presente que no todos los sinónimos de determinada palabra lo son perfectos, de modo que se pueda usar uno u otro indistintamente, todas las veces que se quiera. La mayoría de los sinónimos de una palabra lo son sólo en ciertos casos, según el uso o significado específicos que demos a dicha palabra. De "cara", por ejemplo, son sinónimos, entre otros, "visaje", "efigie" y "aspecto".
Pero ninguno de ellos podría sustituir a "cara" en la frase "Me vi la cara en el espejo...". Si a alguien se le ocurriese decir "Me vi el visaje (o "la efigie" o "el aspecto") en el espejo" lo mínimo que pudiese pensar quien lo oyese es que está loco o que es un bicho raro por la forma de hablar.
Como auxiliares para la búsqueda en el mundo de la sinonimia existen los diccionarios de sinónimos. Uno de los mejores es el mencionado de F. S.
Sáinz de Robles, muy completo y confiable. Otro más reciente y con novedosas características es el Diccionario de Sinónimos y antónimos del español actual, elaborado por un equipo que en parte es el mismo del Diccionario de uso del español actual Clave, de que en varias ocasiones he hablado.
Hay otros también recomendables, y unos cuantos calificables de piratas.
El defecto de todos estos diccionarios es que se limitan a las listas de sinónimos de cada palabra, sin especificar el uso de cada uno de ellos, por lo que eventualmente pueden provocar confusión e inducir a errores.
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