por Alexis Márquez. [1]
Los errores más frecuentes en el lenguaje periodístico y en el de los demás medios de comunicación residen en el mal uso de las preposiciones, quizás debido a que en nuestro idioma hay demasiadas preposiciones, muchas de las cuales tienen, además, numerosos y muy variados usos.
Algunos errores de este tipo, por mal uso de las preposiciones, son sumamente conocidos, y hasta famosos. Uno de ellos es el llamado dequeísmo. Consiste en emplear la fórmula "de que" cuando la sintaxis exige que sólo se emplee la partícula "que", sin la preposición "de".
El problema se da con ciertos verbos, por lo que para evitar el error hay que observar el verbo de que se trate, y saber si dicho verbo admite la fórmula "de que" o no.
Generalmente se trata de verbos transitivos. Recordemos que los verbos transitivos son los que llevan complemento directo, y su identificación es fácil si sabemos cómo conocer si está presente este complemento y cuál es.
Supongamos que se trata del verbo "decir". La conjugación de este verbo generalmente supone que hay "una cosa dicha", que es precisamente el complemento directo. Si construimos la frase "Yo digo que eso está mal hecho" observamos que hay "una cosa dicha", que es la frase "que eso está mal hecho"; ese es el complemento directo.
Esta frase no lleva preposición "de", en consecuencia, será un error decir "Yo digo de que eso está mal hecho". Lo mismo ocurre con el verbo "pensar". Este verbo supone una cosa pensada, que sería el complemento directo: "Yo pienso que no conviene hacer eso". La cosas pensada, es decir, el complemento directo, "que no conviene hacer eso", no lleva la preposición "de".
Por tanto, sería un error decir "Yo pienso de que no conviene hacer eso". La norma básica es que los verbos transitivos no admiten la preposición "de" antes de la partícula "que" con la cual empieza el complemento directo.
Distinto es el caso de los verbos pronominales, que son los que se conjugan con ciertas formas del pronombre, como "me", "te", "se", "nos", "os" y "se": "Yo me llamo", "Tú te equivocas", "Él se alaba", etc. Es frecuente que al conjugar estos verbos exijan la fórmula "de que": "Yo me alegro de que vengan a mi casa"; "Tú te complaces de que ellos se vayan"; "Ella se acuerda de que tú la dejaste esperando". En los tres casos es obligatoria la preposición "de" seguida de "que".
Sin embargo, por temor a cometer el vicio del dequeísmo es frecuente que se suprima la preposición, con lo cual se cae en otro error, tan grave como el dequeísmo.
Este nuevo error se comete por lo que los gramáticos llaman "ultracorrección", y no hay duda de que se procede así por ignorancia. Pero poniendo un poquito de atención al hablar o escribir, ambos errores pueden evitarse. El error se evita fácilmente observando que, en los ejemplos citados, "Yo me alegro de algo...", "Tú te complaces de algo...", "Ella se acuerda de algo...", y en todos esos casos ese "algo" comienza con "que": "que vengan a mi casa", "que ellos se vayan", "que tú la dejaste esperando".
Algunos errores de este tipo, por mal uso de las preposiciones, son sumamente conocidos, y hasta famosos. Uno de ellos es el llamado dequeísmo. Consiste en emplear la fórmula "de que" cuando la sintaxis exige que sólo se emplee la partícula "que", sin la preposición "de".
El problema se da con ciertos verbos, por lo que para evitar el error hay que observar el verbo de que se trate, y saber si dicho verbo admite la fórmula "de que" o no.
Generalmente se trata de verbos transitivos. Recordemos que los verbos transitivos son los que llevan complemento directo, y su identificación es fácil si sabemos cómo conocer si está presente este complemento y cuál es.
Supongamos que se trata del verbo "decir". La conjugación de este verbo generalmente supone que hay "una cosa dicha", que es precisamente el complemento directo. Si construimos la frase "Yo digo que eso está mal hecho" observamos que hay "una cosa dicha", que es la frase "que eso está mal hecho"; ese es el complemento directo.
Esta frase no lleva preposición "de", en consecuencia, será un error decir "Yo digo de que eso está mal hecho". Lo mismo ocurre con el verbo "pensar". Este verbo supone una cosa pensada, que sería el complemento directo: "Yo pienso que no conviene hacer eso". La cosas pensada, es decir, el complemento directo, "que no conviene hacer eso", no lleva la preposición "de".
Por tanto, sería un error decir "Yo pienso de que no conviene hacer eso". La norma básica es que los verbos transitivos no admiten la preposición "de" antes de la partícula "que" con la cual empieza el complemento directo.
Distinto es el caso de los verbos pronominales, que son los que se conjugan con ciertas formas del pronombre, como "me", "te", "se", "nos", "os" y "se": "Yo me llamo", "Tú te equivocas", "Él se alaba", etc. Es frecuente que al conjugar estos verbos exijan la fórmula "de que": "Yo me alegro de que vengan a mi casa"; "Tú te complaces de que ellos se vayan"; "Ella se acuerda de que tú la dejaste esperando". En los tres casos es obligatoria la preposición "de" seguida de "que".
Sin embargo, por temor a cometer el vicio del dequeísmo es frecuente que se suprima la preposición, con lo cual se cae en otro error, tan grave como el dequeísmo.
Este nuevo error se comete por lo que los gramáticos llaman "ultracorrección", y no hay duda de que se procede así por ignorancia. Pero poniendo un poquito de atención al hablar o escribir, ambos errores pueden evitarse. El error se evita fácilmente observando que, en los ejemplos citados, "Yo me alegro de algo...", "Tú te complaces de algo...", "Ella se acuerda de algo...", y en todos esos casos ese "algo" comienza con "que": "que vengan a mi casa", "que ellos se vayan", "que tú la dejaste esperando".
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