Miren Gutiérrez *
Si observa las fotos de cualquier cumbre internacional, no encontrará muchas mujeres. El misterio de su subrepresentación en los círculos del poder persiste: ¿Por qué hay tan pocas al timón, luego de tantas décadas de existencia del movimiento feminista? Una mirada a los medios de prensa ofrece algunas respuestas.
"Los medios son un espejo de la sociedad. Si las redacciones son espacios dominados por los hombres, es que reflejan un mundo dominado por ellos", dijo Ferial Haffajee, la primera editora mujer del diario sudafricano South African Mail & Guardian.
"Para mí, esto no se ajusta a nuestra misión de crear sociedades no racistas, no sexistas y sin prejuicios", agregó.
Las organizaciones de prensa son las guardianas de buena parte de lo que se conoce en la esfera pública, y los artículos periodísticos contribuyen a perpetuar los estereotipos o a cambiarlos. Ver quién está en la "cocina", preparando las noticias, resulta revelador.
"La influencia de las mujeres en el periodismo es una de las principales áreas problemáticas en la investigación de medios desde una perspectiva feminista", señaló Monika Djerf-Pierre, autora del estudio "El género del periodismo".
No es sencillo llegar a conclusiones de validez mundial sobre el papel de las mujeres en las organizaciones de prensa, dado que la mayor parte de los análisis están centrados en países específicos y se refieren fundamentalmente a las occidentales o al tratamiento que reciben en los medios, ya sea como fuentes o protagonistas de las noticias.
El trabajo de Djerf-Pierre muestra que incluso en naciones "amigables" hacia las mujeres, "el periodismo es un terreno dominado por los hombres", como ocurre en Suecia, que figura en el primer puesto del índice de brecha de género elaborado por el Foro Económico Mundial (FEM), es decir que presenta el menor grado de disparidad.
Tras un período de presencia femenina simbólica en las redacciones, se produjo la aparición de una masa crítica de mujeres en ellas en los últimos 25 años. Actualmente, en Suecia, las mujeres representan casi la mitad del total de periodistas, pero tres de cada cuatro líderes de la industria de los medios de comunicación son hombres, señaló Djerf-Pierre.
Sólo en los medios electrónicos públicos y en las revistas, las mujeres ocupan más de 40 por ciento de los puestos de dirección. Según Djerf-Pierre, existe un patrón, que ella denomina "lógica de género".
Los hombres se encargan por lo general de las noticias sobre política, la economía y el poder, recurriendo a fuentes masculinas y asumiendo el paradigma de la "objetividad". Las mujeres se dedican más a la esfera privada, buscan información en fuentes femeninas y emplean un tono más íntimo o personalizado.
"La principal conclusión del estudio es que el estatus, el prestigio y el poder han sido asociados con concepciones de la masculinidad y éstas, a su vez, han sido asociadas con las creencias que sustentan la imagen de la misión periodística", señaló Djerf-Pierre.
Según una investigación publicada en 2005, que menciona en su estudio, "muchas periodistas sienten que las mujeres se encuentran en desventaja cuando se asignan las notas a cubrir pero, al mismo tiempo, dicen que el género no tiene importancia respecto de la forma en que un editor o editora realiza su trabajo".
Patrones similares se encuentran en Estados Unidos, que figura en el puesto 31 del índice de brecha de géneros del FEM.
"Las mujeres han chocado con el 'techo de cristal' en los medios de prensa", señaló en su informe 2006-2007 la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios (IWMF, por sus siglas en inglés).
Un estudio de 2006 de la Sociedad Estadounidense de Editores de Diarios mostró que el número de mujeres en puestos de dirección se había congelado. "La cantidad de mujeres en las redacciones se incrementó levemente hasta 37,7 por ciento. El 64,5 por ciento de los supervisores son hombres, al igual que 58,5 por ciento de los editores, 60,3 por ciento de los reporteros y 72,6 por ciento de los fotógrafos", señaló el informe.
Una de las razones, según la IWMF, es que "las mujeres se sienten frustradas por sus limitados progresos. Un estudio de 2002 del Instituto Estadounidense de la Prensa y el Centro Pew para el Periodismo Cívico reveló que las mujeres no tenían expectativas de avanzar en las organizaciones en las que trabajaban y pensaban que deberían abandonar el periodismo".
El grupo Informe sobre las Mujeres en los Medios, que ofrece información sobre cómo son presentadas en la prensa, citó un informe de 2006, realizado por las revistas The Atlantic Monthly, Harper's, The New York Times Magazine, The New Yorker y Vanity Fair, entre las más importantes de Estados Unidos, revelando que la relación de artículos firmados por hombres respecto de los escritos por mujeres era de 3 a 1.
Asimismo, una investigación de la Universidad de Indiana de 2003 concluyó que el salario medio de las mujeres en 2001 representaba 81 por ciento del de un hombre, cuya mediana estaba en torno a los 46.758 dólares anuales. La brecha de género se incrementa en relación directa con el aumento de la edad.
El cuadro de situación se repite en redacciones de diferentes lugares del mundo. "Nuestra red de miembros nos informa de formas comunes de discriminación sexual, como diferencias salariales y desigualdad de oportunidades en la asignación de artículos", dijo a IPS la directora ejecutiva de la IWMF, Jane Ransom.
En España, que aparece en el décimo lugar del índice del FEM, hay en la universidad 1,22 mujeres por cada hombre, pero en términos de llegar a posiciones de liderazgo se encuentran muy lejos de lograr la igualdad, "incluso en los sectores más 'feminizados' de la cultura, como la literatura", destacó el diario madrileño El País en un artículo sobre las mujeres y la cultura.
"En los medios de prensa, a pesar de que hay 46 por ciento de mujeres periodistas, sólo ocupan 24 por ciento de las posiciones de dirección", según El País, que cita el Informe sobre la Profesión Periodística 2006.
Para la escritora Laura Freixas, esto se debe a lo que denomina "la ideología patriarcal". "La presencia femenina entre los agentes culturales es muy marginal. ¿Cómo se perpetúa esta marginalización, cuando las mujeres son mayoría en las universidades?", preguntó. "Veamos un ejemplo: un artículo sobre la biografía como género (literario), publicado en enero de 2008 por la revista Letras Libres. El texto contiene 60 nombres, pero apenas dos son de mujeres. ¿No hay mujeres biógrafas, o sobre las que se hayan escrito biografías en la historia? Si las hay, ¿no vale la pena incluirlas? Y si lo vale, ¿por qué no figuran?", agregó.
"Lo importante de estas preguntas no son las respuestas, sino que el autor ni siquiera se planteó la cuestión. La ausencia de mujeres entre los creadores culturales produce contenidos que legitimizan esa ausencia y viceversa", afirmó Freixas.
No es suficiente que las mujeres "inunden" las universidades si la "ideología patriarcal" no sólo distorsiona las percepciones sino que también actúa sobre la realidad, aseguró.
Comparativamente, hay más mujeres universitarias en Italia que en España: 1,35 por cada hombre, según los datos del FEM. Sin embargo, en las redacciones de los medios de prensa italianos mujeres representaban apenas un tercio del total en 2006. La situación no ha cambiado mucho, dijo a IPS Marina Cosi, de la Federación Italiana de Prensa.
Los diarios son los que presentan el peor panorama, con sólo 27 por ciento de mujeres en sus redacciones, mientras la proporción trepa a 35 por ciento en las agencias de noticias. En la televisión nacional italiana hay 37 por ciento de mujeres y 38 por ciento de portavoces femeninas en los organismos públicos, agregó.
No hay información, sin embargo, sobre qué cantidad de esas mujeres son editoras jerárquicas, directoras, o dueñas de medios. IPS pidió la información a Stampa Romana, asociación nacional de periodistas matriculados, así como a organizaciones de mujeres, pero no obtuvo respuesta.
Sólo hasta la puerta de entrada
"No tendría que sorprendernos que estemos estancadas", dijo Jane Ransom, directora ejecutiva de la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios de Comunicación (IWMF, por sus siglas en inglés), refiriéndose la ausencia de mujeres líderes en las organizaciones de prensa.
"Tenemos pocas generaciones de mujeres educadas y libres", señaló, pero esto debe ser considerado en el contexto de muchas generaciones previas en las que las mujeres fueron excluidas del periodismo. "Los hombres todavía controlan la mayor parte de los medios, y la mayor parte de las estructuras culturales, financieras y políticas aún son dominadas por hombres", indicó.
"Tenemos pocas generaciones de mujeres educadas y libres", señaló, pero esto debe ser considerado en el contexto de muchas generaciones previas en las que las mujeres fueron excluidas del periodismo. "Los hombres todavía controlan la mayor parte de los medios, y la mayor parte de las estructuras culturales, financieras y políticas aún son dominadas por hombres", indicó.
De acuerdo con el informe "Mujeres Hacen las Noticias 2008", publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), "el progreso de las mujeres periodistas todavía es obstaculizado por los prolongados estereotipos y la discriminación sutil". "Las mujeres periodistas siguen enfrentando sustanciales obstáculos para tener una plena participación en las redacciones, particularmente en términos de oportunidades", añade el estudio.
Esta "ideología patriarcal" parece ubicua en los sectores de prensa de muchos países.
La editora del South Africa's Mail & Guardian, Ferial Haffajee, señaló que el Estudio del Techo de Vidrio 2006, publicado por el Foro Nacional de Editores y la organización no gubernamental Genderlinks, concluyó que "el mayor contingente periodístico en Sudáfrica está rezagado, que el número de mujeres en puestos altos no está ni cerca de ser igualitario y que las mujeres se sienten que todavía están en lugares de trabajo patriarcales". "Techo de vidrio" es una expresión en inglés para referirse a los impedimentos de ascenso en el mercado laboral por motivos de género o raza.
Parece que el acceso de las mujeres a las universidades y a las redacciones es más o menos igualitario, pero en cierto punto este progreso se detiene. ¿Son las mujeres las que deciden no participar, o son excluidas? "Las mujeres son excluidas debido a que los horarios laborales no tienen consideración de la maternidad", dijo Haffajee. "Los dueños (de los medios) no han creado guarderías infantiles ni han hecho arreglos para permitirle a las mujeres que prosperen y asciendan", añadió.
"El periodismo cuesta mucho. Las noticias surgen en momentos inconvenientes, los plazos van más allá de las horas normales de la sociedad y las licencias por maternidad son muy pobres. La falta de una licencia por maternidad paga y los horarios complicados emergen como los principales factores de la exclusión", sostuvo.
Ransom concuerda. "Mi observación es que las mujeres en los medios de comunicación tienen algunos desafíos extra especiales", dijo a IPS. "Comparadas con las mujeres en otras profesiones, como el derecho o las finanzas, creo que las mujeres periodistas reciben menos apoyo institucional para avanzar en su carrera, menos equilibrio entre el trabajo y al vida privada, y menos capacitación", afirmó.
La información "es fragmentaria y las comparaciones son difíciles. Pero el panorama general ilustrado por los estudios que conocemos es preocupante. La marginalización profesional de las mujeres es una fuerte tendencia que se ve en los resultados tanto de países en desarrollo como industrializados", agregó.
"Nos enteramos de muchas cosas sobre las mujeres periodistas en todo el mundo. Un punto clave sobre el que siempre escuchamos es que las organizaciones de prensa no son muy consideradas sobre la familia", dijo Ransom. "Las periodistas se ven obligadas a elegir entre el trabajo y la familia. La IWMF creó el mes pasado un colegio para mujeres periodistas de las ex repúblicas soviéticas. Las participantes dejaron en claro que no se puede ascender en los medios si se tienen niños".
Sin embargo, Haffajee destacó que hubo una ola de nombramientos de editoras en los medios de África, y por lo tanto hay ciertas razones para el optimismo. "El rostro del editor siempre ha sido masculino. Pero el contexto político de mi país contribuyó: el ANC (Congreso Nacional Africano, partido gobernante) se ha puesto como misión combatir el sexismo. Es una piedra fundamental de la Constitución, y el partido oficialista ha presionado para que las mujeres ocupen sus lugares en la política y en el sector privado", indicó. "Por eso, ese contexto permitió que se ampliara la red cuando mi predecesor, Mondli Makhanya, se fue" y dejó vacante el cargo de editor del South Africa's Mail & Guardian.
"Desde mi nombramiento, muchas mujeres se convirtieron en editoras, como Phyllicia Oppelt, del Daily Dispatch, Zingisa Mkhuma, del Pretoria News, y Lizeka Mda, como subeditora de City Press. Mujeres también dirigen estaciones de radio. Debra Patta es editora en jefe de la mayor estación privada de televisión", indicó Haffajee.
"He conocido a algunas mujeres fenomenales que administran sus propias agencias o dirigen sus propios periódicos, como Pat Mwase y Zarina Geloo en Zambia, y Rosemary Okello en Kenia, junto a Lucy Oriang", agregó.
¿Esto es suficiente? Es difícil decirlo.
La IWMF se encuentra en la fase preparatoria de un informe mundial sobre las mujeres en los medios. Pero Ransom es escéptica. "Espero que encontremos algunas áreas de progreso sobre las cuales basarnos. Pero no me sorprendería si la tendencia muestra estancamientos también", indicó.
http://www.saladeprensa.org/
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